Güiro, instrumento musical de percusión
El güiro es un instrumento de la familia de percusión muy popular en Latinoamérica.
Se trata de un idiófono, ya que suena por sí mismo, y en concreto pertenece al grupo de los raspadores, pues es dentado y se hace sonar mediante una varilla.
Cómo es el güiro
El güiro es un instrumento simple, construido originalmente en la parte superior de una calabaza ahuecada. Actualmente también se realiza en otro tipo de materiales, como plástico, madera o fibra de vidrio, pero manteniendo la forma de la calabaza vacía y estriada.
Esta superficie rugosa, que puede extenderse por todo el exterior de la pieza o solamente por una zona, consta de numerosas ranuras. Al pasar un palillo o baqueta metálica, se produce el sonido, amplificado por la oquedad del cuerpo del güiro. Algunos güiristas prefieren emplear un peine metálico, similar a una escobilla, que proporciona un sonido más suave y continuo que enfatiza la sensación de “raspado”.
Su sonido y timbre depende del material en que esté fabricado, pero también del número de estrías y su tamaño. Además, el grosor y material del palillo también puede provocar cambios en la sonoridad de este instrumento de percusión.
Cómo tocar el güiro
La técnica de interpretación del güiro es sencilla, pero el instrumento permite realizar secuencias rítmicas más complejas si se domina.
La baqueta o peine se agarra con la mano derecha, de forma similar a como se utilizan las baquetas de la batería. Con la izquierda se agarra el güiro por la parte más estrecha o el mango curvo, aunque si posee un agujero para que resuene el sonido debe asirse por este orificio.
Se suele agarrar en ángulo, inclinando levemente la parte superior hacia la mano derecha, para que resulte cómoda la ejecución. El cuerpo, por lo tanto, debe estar lo más relajado posible; especialmente el hombro derecho, que ha de permitir una movilidad total del brazo y la mano para raspar el cuerpo del güiro.
Para tocar el güiro basta con mover la varilla hacia arriba y hacia abajo por la zona de las ranuras. Este ejercicio se puede realizar con lentitud, haciendo resonar el raspado de todas las estrías, o bien como un pase seco, más rápido. De la combinación de estos dos movimientos, golpes y contratiempos, surgirán, con la práctica, los diferentes patrones rítmicos propios de cada género musical.
El güiro en distintos países
La fisonomía del güiro y su sonoridad pueden cambiar según el lugar. Existen distintos tipos de güiro, aunque la práctica totalidad de ellos se emplean en ritmos caribeños y centroamericanos.
También ha tenido alguna esporádica aparición en la música clásica (Stravinsky, Ravel) y en la sudamericana (cumbia, etc.).
El güiro cubano es muy popular en el género de la salsa, danzón y chachachá. Hecho en una calabaza a la que se le practican ranuras o se añaden cañutos de bambú, posee gran anchura y un sonido consistente, genuinamente criollo.
De tamaño menor y alargados suelen ser los güiros puertorriqueños, instrumentos típicos nacionales que se emplean en época navideña especialmente. Reciben el nombre de güícharo, y son imprescindibles en música costera, en los bailes conocidos como “plena”, y en la música campesina, como los “seis” (baile zapateado) o los aguinaldos de Navidad.
También en Panamá se realizan güiros, que reciben el nombre de churucas. Tienen la peculiaridad de terminar en un mango curvo y rasparse mediante un alambre llamado trinche.
Del mismo modo, otros países americanos como la República Dominicana, México o incluso Brasil han añadido el güiro a su folclore.